En otra anterior entrada ya os he contado lo muchísimo que me gusta la música. En el trabajo estamos todo el día con la radio encendida, con el dial en alguna de las muchas y buenas emisoras que se dedican a recordar canciones de otras décadas.
Hay veces que, aunque oigas lo que te llega por las ondas, no escuchas el mensaje de la canción que, quizás, siempre te ha gustado como sonaba pero pasabas por alto la letra de la que solamente sabes tararear el estribillo y con cierta dificultad para recordarla.
Pues eso me pasa, por ejemplo, con un tema de Mecano, "Naturaleza muerta". Nunca había prestado atención a lo que cuenta. Eso si, como os digo, el estribillo me lo sabía de punta a punta.
Os dejo el vídeo y la letra.
Hay veces que, aunque oigas lo que te llega por las ondas, no escuchas el mensaje de la canción que, quizás, siempre te ha gustado como sonaba pero pasabas por alto la letra de la que solamente sabes tararear el estribillo y con cierta dificultad para recordarla.
Pues eso me pasa, por ejemplo, con un tema de Mecano, "Naturaleza muerta". Nunca había prestado atención a lo que cuenta. Eso si, como os digo, el estribillo me lo sabía de punta a punta.
Os dejo el vídeo y la letra.
Naturaleza muerta
Mecano
(J. M. Cano)
No ha salido el sol y Ana y Miguel ya prenden llama.
Ella sobre él, hombre y mujer deshacen la cama.
Y el mar que está loco por Ana prefiere no mirar.
Los celos no perdonan al agua, ni a las algas, ni a la sal.
Al amanecer ya está Miguel sobre su barca.
Dame un beso amor, y espera quieta junto a la playa.
Y el mar murmura en su lenguaje:
-¡Maldito pescador! Despídete de ella, no quiero compartir su corazón-.
Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y esperar, y esperar, y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel.
Dicen en la aldea que esa roca blanca es Ana.
Cubierta de sal y de coral espera en la playa.
No esperes más niña de piedra. Miguel no va a volver.
El mar le tiene preso por no querer cederle a una mujer.
Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y esperar, y esperar, y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel.
Incluso hay gente que asegura que cuando hay tempestad,
las olas las provoca Miguel luchando a muerte con el mar.
Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y esperar, y esperar, y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel.
Y llorar, y llorar y llorar por él.
Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y llorar, y llorar, y llorar sobre el mar.
(Inspirado por Tanarq y sus Textos Senti2)
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