Maldito y eterno soñador. Cuanto más me conozco, más me odio, menos me envidio. Cuanto más os conozco, más os odio, más os envidio. La única realidad que veo es la de poder mirarme a un espejo y ver como una lágrima quiere salir de uno de mis ojos. La única competición en la que estoy apuntado es la de intentar controlar que esa lágrima no salga. Siempre termina ganando. Y es que, por mucho que entrene, jamás haré realidad alguna de mis pesadillas.
La botella no está ni medio vacía ni medio llena, simplemente está esperando a que alguien la vacíe de una puta vez, coño.
Me cago en el pasado, en el futuro y sobre todo en el presente porque pasa a formar parte del pasado y del futuro, y lo vives dos veces. Maldito presente, por qué te pareces tan poco al que imagino cuando duermo. Por qué tiene que venir alguien a enseñarme cómo puede parecerse mi realidad a la que yo me creo. Ilusos, yo el primero de todos, no os deis por vencidos. Una vida por delante nos queda para demostrarles que alguna vez nos saldrá bien una de nuestras jugadas. Una de las mías. La cosa está en que no llegue muy tarde, porque a veces la lágrima termina saliendo, perdemos la competición y no podemos volver a mirarnos al espejo, ni siquiera a la pared.Jesús Cuellar // 16-5-08
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