Pues eso es lo que hace de maravilla este chico que, al verlo, se nos quitan las ganas de jugar por miedo a hacer el ridículo.
Creo, además, que con las horas que se ha pegado jugando a esto, si las hubiese invertido en aprender a tocar una guitarra de verdad, hoy seria el nuevo Jimmy Hendrix seguro.
Os dejo el vídeo. Disfrutadlo y sentid envidia (sana),
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